Lvliang, una ciudad minera ubicada en la provincia de Shanxi, China, no solo es famosa por su historia industrial y paisajes montañosos, sino también por su rica y diversa cocina. Entre sus platos más deliciosos se encuentran los pastelitos de calabacín fritos, un manjar que combina la frescura del calabacín con el crujiente toque frito y una salsa de soja suave que complementa a la perfección cada bocado.
Estos pastelitos, conocidos localmente como huāgū liángbǐng, son un ejemplo perfecto de cómo la cocina china aprovecha ingredientes simples para crear sabores complejos y memorables.
Desentrañando la magia del calabacín
El calabacín, o huāguā en chino mandarín, es el ingrediente estrella de estos pastelitos. Se elige por su textura suave y versátil que se presta tanto a ser cortado en finas láminas como rallado. Para lograr un sabor más intenso, a veces se marina el calabacín con sal y especias antes de incorporarlo a la masa.
La danza de los ingredientes: una receta ancestral
Aunque existen variaciones regionales, la receta tradicional de huāgū liángbǐng suele incluir los siguientes ingredientes:
Ingrediente | Descripción |
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Calabacín | Se usa fresco y joven, idealmente sin semillas. |
Harina de trigo | Forma la base de la masa para los pastelitos. |
Huevos | Aportan textura y sabor a la masa. |
Cebolla verde picada | Agrega un toque fresco y aromático. |
Sal | Sazona la masa y realza el sabor del calabacín. |
Opcionales:
Ingrediente | Descripción |
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Ajo picado | Puede agregarse a la masa para darle un toque más intenso. |
Jengibre rallado | Un toque picante que complementa al calabacín. |
Cilantro fresco picado | Para decorar y añadir frescura. |
El proceso de elaboración: una sinfonía de texturas
La preparación de huāgū liángbǐng es un proceso sencillo pero que requiere cuidado y atención a los detalles.
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Preparación del calabacín: Se lava, pela y ralla el calabacín. Luego se escurre bien para eliminar la humedad en exceso.
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Creación de la masa: En un bol grande se mezclan la harina, los huevos, la sal y la cebolla verde picada. A continuación, se incorpora el calabacín rallado y se amasa hasta obtener una masa homogénea.
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Modelado y fritura: La masa se divide en porciones iguales. Cada porción se aplana con un rodillo formando círculos delgados. Estos círculos se fríen en aceite caliente hasta que adquieran un color dorado y crujiente.
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Salsa de soja suave: La salsa, tradicionalmente hecha con soja, vinagre de arroz y azúcar moreno, se utiliza para acompañar los huāgū liángbǐng.
Una explosión de sabores en cada bocado
Al probar estos pastelitos, la experiencia culinaria es completa. El exterior crujiente da paso a una textura suave y húmeda gracias al calabacín, mientras que la salsa de soja aporta un toque dulce y salado que equilibra los sabores.
Los huāgū liángbǐng son un plato ideal para compartir con amigos y familiares, perfecto como aperitivo o acompañamiento en cualquier comida.
Más allá del sabor: una conexión cultural
Estos pastelitos no son solo un deleite culinario, sino también una ventana a la cultura de Lvliang. Su preparación sencilla y el uso de ingredientes accesibles reflejan la tradición culinaria de la región, donde se valora la frescura y la autenticidad.
Un viaje gastronómico a Lvliang:
Si tienes la oportunidad de visitar Lvliang, no dudes en probar estos pastelitos de calabacín fritos. Te aseguro que la experiencia será memorable y te dejará con ganas de volver por más.
¡Buen provecho!